Meticulosamente empiezo a pensar lo que necesito para sentirme feliz, para sentirme triste, así­ es, todo tiene una receta a seguir. Si un dí­a estoy bien es porque hice todo para sentirme bien, si un día estoy mal, es porque hice todo para sentirme mal, es terrible si se hace de manera consciente pero es parte de mí­, hacer las cosas con pasión.

Es así como empezamos la función:

Es horrible como la mente trata de destruir al corazón. Así­ empezó todo, queriendo hacer lo mejor para nosotros y de repente la razón empezó a apoderarse de mí­ con el: "¿Qué pasarí­a si...?" terrible en terrenos donde domina el corazón. Por lo mismo, no quería seguir teniéndolo y sabiamente se guardó en el subconciente, (ahí­ le di mas fuerza) lejos pero presente, volaba en las noches en mis sueñoos y en las acciones que tení­a hacia afuera; obviamente se notaba y más lo intentaba guardar, ¿Cómo apagar lo temiblemente fuerte?; poco a poco se razonaba mi amor... le pedí ayuda y así, poco a poco vamos apagando el fuego de la razón.