Creo que nunca estoy conforme con lo que quiero y tengo, tal vez nadie... pruebas diferentes cosas y dependiendo el sabor/gusto decides si le entras o no. Así me pasó cuando quise ser karateca, nadador profesional, psicólogo, ingeniero en alimentos y muchas más prefesiones que dejé a la mitad. Pero hoy, después de haber reflexionado y visto los pros y contras me he decidido: quiero ser papa.

Sería perfecto: tu propio país, una casota/iglesia de miles de años de antigüedad, toda una orda de viejitos ayudándote a sentarte, a caminar, a comer, siempre asistido. Además, el outfit papal no esta tan mal, casi siempre de blanco con toques de rojo o morado según la ocasión, a todo esto hay que agregarle el que tienes "el anillo del poder", monedas hechas a tu honor, tu propia calle (la Vía de la Conciliación), viajes, toda una serie de eventos místicos cuando te mueres y lo mejor de todo, tener el báculo del poder (siempre he querido andar por la calle con uno de esos)...

Ya estando en el poder haría una serie de cambios al old-fashion style que tiene el Vaticano como quitar a todos los ex-Papas de Sn Pedro (esa catedral es un cementerio!) o cambiarle el uniforme a los guardias suizos que me cuidarían (porque parecen hombrecillos de muchos sabores), en fin tantas cosas por cambiar y por hacer que me faltaría tiempo, mismo que ahora me sobra y hace que divague en cosas como éstas.

Pacha y La Catedral de San Pedro