...Allá por el final de la calle esta la Plaza San Jacinto, una placita que en este mes se llena de movimiento y de adornos para el domingo de Resurrección. Mi compadre me dijo alguna vez que suele venir a ver el altar de la iglesia que esta lleno de flores, de olor a incienso y a al perfume de las rosas que traen las señoras al recinto y efectivamente, una vez que entré me acordé del día que murió mi abuela, ese olor a crisantemos y a alcatraces lo resintió mi memoria y corazón? no niego que sea muy bella la iglesia pero mejor salgo a comprar unas palanquetas para mis sobrinos.
El sol esta radiante y el cielo increíblemente azul, si, es por la temporada y aquí en San Ángel me hace un poco de calor, por lo que mi saco lo cargo en mi brazo izquierdo, mis mangas de la camisa las recorro y hacen notar mi esclava plateada que me dio mi padre. El pobre esta en los huesos y no se si llegue siquiera para mi cumpleaños, pero trataré de dejar de pensar en eso y seguir caminando...

Rodrigo López es ahora un escritor de 20 años que vive en el tercer piso de un edificio en la Roma. Su padre murió de enfisema en el otoño de ese mismo año, pero él continúa plantando lágrimas en las macetas de su ventana mientras organiza los dibujos del restirador del fondo