A lo largo de las funciones en el circo, me toca convivir con mis cuates desde la última fila. Estamos lejos, pero emocionalmente estamos tan cerca que una vez juntos, el estado de shock por el que paso, me impide articular palabra alguna que me haga decir:
-Hey tanto tiempo carnal!, que bueno que te veo!, me da tanto gusto verte que habrá que celebrar!.
Pero no, me quedo atónito, sin creerlo que probablemente luzca sin emoción alguna..
Lamentablemente no solamente pasa cuando ellos se van hasta atrás, también cuando me aviento a la primera fila, el impacto es el mismo y justamente hoy me tocó estar en ambos lados: tuve que despedir a un cuate y recibir a otro, ambos carnales y buenas personas y yo en medio o al menos en el mismo lugar: el circo.
Dos situaciones dos emociones; algo complicado para digerir en la temporada que me encuentro, ¿pero saben? me da mucho gusto por ambos y saber que ahora se encuentran en sus respectivos asientos.
Un abrazo
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